Pintor autodidacta que completó su formación con estudios de diseño gráfico y de artes aplicadas. Los paisajes, las arquitecturas urbanas, las grandes ciudades, los rascacielos y las panorámicas, que a menudo se confunden con imágenes de la realidad, le permiten crear un juego de perspectivas, luz y color a medio camino entre el impresionismo y el arte del cómico. En un intento de transgredir la forma, el artista intenta acercarse al espectador a través de las percepciones —los ruidos, las atmósferas o la fugacidad—, que llegan a transmutar la naturaleza de los cuerpos y que confieren una nueva panorámica circunstancial.
Pintor, videocreador y fotógrafo que ha colaborado en televisión gracias a sus creaciones originales en un programa infantil llamado Una mà de contes. A primera vista, las telas del pintor barcelonés nos transportan hacia un universo onírico y fantasioso, de lenguaje sobrio y sintético. No obstante, el artista se aproxima a la concepción de los grandes maestros, como Rothko o Miró, que apuestan por una vertiente artística más transgresora, con el deseo inmenso de generar una reflexión intrínseca. Xavier Puigmartí, a través de un análisis metódico, mina la epidermis formal para captar la esencia verdadera, la idea que palpita en la materia.
Escenas de interiores, paisajes imaginarios, figuras femeninas y naturalezas muertas de tonalidad vivaz se mezclan poéticamente y envuelven las creaciones del artista de una atmósfera plácida, idílica y eterna. Después de una estancia estrepitosa en la escuela Massana, complementa su formación en París, donde celebra su primera exposición. A mediados de los años setenta y seducido por la pureza del paisaje ampurdanés tiñe su obra de luz bajo una extensa gamma de gradaciones cromáticas.
Fotógrafo y pintor. Se inició en la fotografía a mediados de los años noventa gracias a una cámara que le regaló su madre. Es técnico superior en fotografía artística por la Escola d'Art i Disseny de Tarragona. Viajero incansable, ha realizado reportajes en numerosos países: Palestina, Siria, Bosnia, Grecia o los Estados Unidos. Su trabajo fotográfico se centra en el documental, donde la guerra, la política y la figura humana son los motivos principales. En el 2017 ganó la segunda edición del Concurso de Pintura que convoca la Fundació Privada Mútua Catalana.
Se formó en la Escola Massana de Barcelona y en la École national supérieure des beaux-arts de París, ciudad donde vive y trabaja desde que instaló allí en los años sesenta. Durante aquella época, descubre el nuevo realismo francés, que lo lleva a denunciar el mercantilismo y el consumismo desenfrenado, y que se convertirá en el discurso central de su obra, primero con collages y después con emulsiones fotográficas sobre tela o impresiones sobre metal. Utiliza técnicas del momento como, por ejemplo, la reproductibilidad, y referentes de los medios de comunicación y publicidad como lenguaje propio para la reivindicación.
Nacido en el exilio, fue un artista comprometido con las ideas anarquistas. Su trabajo, un instrumento de reclamo opuesto a las injusticias sociales y políticas, adopta un realismo crítico y de rechazo impetuoso mediante figuras atormentadas y que se retuercen entre sus propias miserias. Pintura de pincelada rápida, vertiginosa y de cromatismo enérgico y virulento.
Después de una primera etapa cubista, de inspiración figurativa, y en un lento proceso de síntesis, su trabajo evoluciona hacia la abstracción. A principios de la década de los setenta y coincidiendo con la aparición de sus primeros collages, su obra llega a la máxima simplificación del cromatismo caracterizada por un predominio de los blancos. Influenciado por Mondrian y Rothko, las telas producidas entre los años 1959 y 1963 son las que le otorgan la identificación propia dentro de las tendencias más abstractas. El arte de Ràfols-Casamada es una visión poética de la realidad en la que las formas y el espacio crean tensiones que consiguen introducir al espectador en su universo simbólico y onírico.