Apasionado por la vida y la fotografía, cultivó la fotografía artística y la publicitaria con un enorme talento que le sitúo como uno de los fotógrafos pioneros en estos campos. En sus fotografías, de un fuerte componente artístico, muestra aquello que hay de extraordinario en las cosas más comunes. Algunas de sus imágenes recuerdan la abstracción, reflejando la ambigüedad que caracteriza muchas de sus fotografías. Distorsiona la realidad para convertirla en un objeto artístico: altera las perspectivas, contrasta luces y sombras, hasta el límite, y se acerca tanto a las líneas y los puntos de las texturas que acaba convirtiéndolas en pinturas. En el año 1937 decidió exiliarse cruzando los Pirineos a pie y, tres años más tarde, llegaba a Colombia, donde estableció un pequeño negocio textil y donde se casó con la catalana Palmira Puig. A finales de la década de los 40 se trasladaron al Brasil, a la ciudad de São Paulo, donde en 1953 abrió su estudio fotográfico que, en poco tiempo, devino un referente en el resto del país. En 1978, después de la muerte de su esposa, dejó la fotografía profesional, vendió el estudio fotográfico y regresó a Catalunya.