“Sobre los mismos pasos” es el nombre que le han dado los artistas Gregori Iglesias (Les Borges Blanques 1966) y la fotógrafa Sabela Eiritz (Lugo, 1991) a la presente exposición, fruto de su colaboración. Habiéndose desplazado a Alemania y Polonia entre los años 2016 y 2018 para visitar algunos de los más conocidos campos de concentración (Sachsenhausen, Auschwitz y Buchenwald) surge este proyecto artístico consistente en obra pictórica, por parte de Gregori Iglesias, y en fotografías, por parte de Sabela Eiriz.
Gregori estudió bellas artes en Lleida, ha vivido en varios países y viajado por todas partes, experiencias que le han convertido en un artista con bastante proyección internacional. Su obra se caracteriza por ofrecer una gestualidad muy remarcada y por una sencillez cromática, normalmente con el dominio de blancos y negros esgrafiados, en código figurativo a la vez que abstracto.
En cuanto a Sabela, graduada en comunicación audiovisual por la Universidad de Santiago de Compostela, cuenta con el apoyo del máster de Fotografía y Diseño de Elisava y de Estudios Comparados de Literatura, Arte y Pensamiento de la Universidad Pompeu Fabra, ambos en Barcelona. La fotografía y la videocreación son sus dos ámbitos más desarrollados, a pesar de que sus creaciones se enriquecen con otros medios como la escritura.
El viaje
Pisando el terreno visitado, viendo, mirando con detalle, escuchando y oliendo, los dos artistas se han dejado llevar por aquello que los arrastraba hacia dentro. Sensaciones, de entrada, poco amables y agradables, más bien lo contrario. Sintiendo más allá de lo que podrían sospechar, recorriendo los caminos, los mismos que antes hicieron otros pies —fríos, desnudos o esqueléticos—, de esas personas que sufrieron injustamente y en nombre de las actuales víctimas de la barbarie humana.
Reflexiones
Ambientados en este marco frío y ahora lejano, reflexionan sobre la condición humana, caminando, poco a poco, pensando, conversando, cuestionándose por qué el mundo no funciona bien, por qué la historia viene marcada con sangre y sufrimiento y no solo con aquello más simple, que es el amor, el elixir que nos hace sentir tan bien a todos.
¿Por qué no evitamos malestar a los que vendrán? Ellos no tienen la culpa de lo que hacen las generaciones presentes.
Poder, avaricia, locura, sufrimiento, incongruencia, miedo, ambición, confusión, complejo… ¿Por qué a lo largo de nuestra historia nos hemos dejado arrastrar por los tentáculos del mal, y se ha provocado tanto dolor, tanto sufrimiento? ¿Por qué nos resistimos a existir como seres verdaderamente libres y felices?