Junto con Francesc Artigau, Robert Llimós, Joan Mora y otros, forma parte del núcleo de artistas de la llamada “Generació dels 60”. Ha trabajado la técnica del grabado y posteriormente ha cultivado la pintura y el dibujo. Su realismo plástico entronca con la tradición del humanismo occidental impregnada de modernidad, en la que la subjetividad del artista va más allá de la propia obra. Sus pinturas figurativas cazan las posturas de la modelo, temática subestimada por la publicidad subliminal, la moda y los avances tecnológicos.