Barcelona, 1976
Tina Rusiñol opta por pintar a plein air, sin caballete ni obstáculos, en un deseo de plasmar la belleza del entorno más inmediato y de reflejar el universo más íntimo. El artista usa una metodología asociada a los impresionistas bajo un trazo de estética contemporánea en la que las texturas voluptuosas, la luz y el paso del tiempo generan sensaciones calidoscópicas que vibran por sí mismas.
Licenciada en Bellas Artes por la Universidad de Barcelona, se ha especializado en la técnica del dibujo.