Poco después de comenzar los estudios de arqueología, emprende un nuevo camino hacia la disciplina pictórica que hereda de su padre. La ciudad de Londres, el artista Mondrian y corrientes como el cubismo son los vectores que trazan su trayectoria profesional. Muchas de sus obras, realizadas en Girona, son el resultado de apuntes y anotaciones de las largas estancias en Inglaterra, y cada una de las meditadas composiciones figurativas son ínfimas porciones de una vida apasionada.