Su inquietud por el lenguaje plástico lo llevó a aprender la técnica del dibujo desde muy joven, un conocimiento que amplió poco después con estudios sobre pintura a la acuarela y técnicas de grabado. Gracias a este primer contacto con la técnica del grabado desarrolló una importante curiosidad por los materiales, y más concretamente por los metales y el hierro. Fue en ese momento cuando pasó de las dos a las tres dimensiones y se interesó por el espacio, el vacío y el concepto de la nada. Realizó estudios de Arquitectura, lo que consolidó sus conocimientos sobre los materiales y las estructuras que habitan el espacio, así como la proporción y la escala humana. Así pues, sus esculturas son fruto de esta trayectoria: el dominio de la línea y los materiales le permite crear estructuras que interactúan con el espacio, dibujando vacíos y jugando con los puntos de vista del espectador.