Partiendo de una trayectoria marcada por la influencia del simbolismo abstracto deriva hacia un corriente más figurativo. Las referencias a la pintura del Renacimiento, la constante búsqueda del equilibrio compositivo y el elevado contenido simbólico de sus telas se convierten el hilo conductor de su proceso creativo. A través del ser humano, el artista busca la perfección y la armonía de su mundo interior. Presente y pasado se funden en una dimensión temporal, en la que el color y la geometría se hacen evidentes en unos rostros portadores de una historia, de unos deseos y de unas emociones, a través de la que el hombre y la naturaleza devienen una amalgama indivisible.