Su trayectoria pictórica ha atravesado diferentes etapas: la naïf, la expresionista, la cubista y la realista. Mediante la espátula, adopta formas cúbicas, arquitecturas sintetizadas y figuras disgregadas. Con el uso de tonos blancos, grises, azules y negros, da un gran protagonismo a la luz que combina con la técnica óleo, acuarelas o temperas y ceras. Construcciones estéticas conceden una sabia atmósfera de neoromanticismo apoyada mayoritariamente por una temática preferentemente femenina, pero que también muestra la vida en las playas, el paisaje urbano, naturaleza muerta e interiores de escenarios de danza, ballet, ópera y jazz.