Instruido en la escuela Massana de Barcelona, en el año 1983 se traslada a Suecia para complementar su formación en el Konst Art Forum de Malmö, donde conocerá al escultor Asmud Arles, que influirá decisivamente en su trayectoria artística. La concepción volumétrica de las esculturas de Rafael Mayo da paso a una obra que se puede admirar des de múltiples vertientes e interpretaciones polifacéticas, desde la metáfora del material que contiene la forma final y hasta la reflexión de la deshumanización del arte o bien la alegoría del dominio que ejercen las estructuras sociales sobre el individuo. Preferentemente trabaja el bronce, y por medio de una habilidad técnica excepcional consigue unas composiciones repletas de armonía que captan y seducen al espectador.