Villanueva de Rampalay, Burgos, 1950
Se inició en el campo del arte con el uso del lápiz, técnica que le permitía realizar dibujos de trazo rápido y próximo al realismo figurativo. Durante los años ochenta se adentra en la oscuridad y la tiniebla, hábitat de pájaros totémicos que no dejan indiferente al espectador. Utiliza pigmentos ennegrecidos, colores terrosos y materias que evocan la abstracción, como el barniz, el hierro y el carbolundum. Sus pinturas son como la propia vida, donde el bien y el mal, la vida y la muerte, la feminidad y la masculinidad buscan el equilibrio y la armonía absoluta dentro del caos universal.