Noemí Palacios fue una de las finalistas del premio de escultura de la Fundación Vila Casas. Su trabajo se caracteriza por la búsqueda de unas formas que se ocultan entre la naturaleza más virginal y pura. Por medio de un estudio meticuloso sobre el volumen y el bloque pétreo, nos revela las propiedades inherentes a la masa, a la vez que inmortaliza todos aquellos sentimientos contenidos que expresa con firmeza y fuerza a través de cada una de sus piezas. El resultado final es el de unas construcciones deslizantes, tenues y sinuosas que mantienen paralelismos estéticos con la escultura de Brancusi, Henry Moore o Mariano Andrés Vilella —mentor del artista y con el que colabora en la actualidad.