La visión pictórica de Mònica Luco nos transporta hacia un universo onírico y fantasioso, en el que se conjugan y se diluyen abstracción poética y figuración. La autora interioriza y desvirtúa mentalmente paisajes a los que dota de un contenido simbólico y espiritual que induce al espectador a la reflexión. Un espacio sublime de atmósfera mística y nostálgica en el que ciertas estructuras nos evocan hacia un magma de dualidades: presencia-ausencia, presente-pasado y realidad-ficción.