Cuando en el futuro los arqueólogos quieran aproximarse a nuestra civilización para investigar los estratos de la época actual, puede ser que lo que encuentren sea la obra de Miquel Lligadas: reliquias hechas de hierro y cimiento. Bajo una clara voluntad de perdurar, de eternizarse en el tiempo, se inicia en el mundo del arte de la mano de la pintura que, combinada con la tridimensionalidad de unos elementos industriales (hierro, cimiento, madera…), le sirve para erigir formas funcionales en las que se reflejan la memoria y el recuerdo entumecido. Bajo una mentalidad eminentemente constructiva y exhaustivamente meditada, cada pieza se concibe como un fragmento en continuo proceso de creación.