Reconocido por las dimensiones reducidas en las que positiva su trabajo, Masao Yamamoto concibe la fotografía como pequeños objetos, otorgando un mensaje individual a cada imagen. El cuerpo humano desnudo mostrado con parcialidad y escenas minimalistas de la naturaleza conforman su imaginario, donde intenta establecer un diálogo de equilibrio entre ambos mundos, el humano y el natural, que a pesar de estar intensamente conectados se han distanciado con el transcurso de los siglos y la evolución de la tecnología. Esta sensibilidad se pronuncia en el tratamiento manual de la propia fotografía, que vira y mancha con tintes naturales y que, además de establecer una conexión explícita con la cultura de su país, evoca en el espectador el reflejo de la memoria y de los recuerdos, aquellos que nos muestran el anhelo del contacto con nuestro yo más auténtico y natural. En definitiva, Masao Yamamoto crea pequeños haikus visuales donde se pueden encontrar historias mínimas con un gran contenido universal.