Su trabajo es una constante reflexión sobre las relaciones existentes entre la luz y el espacio, el lleno y el vacío, el color y la transparencia. Aunque los montajes de Margarita Andreu recrean una dimensión arquitectónica y tridimensional, la incorporación de la fotografía en su trabajo debe entenderse como una continuidad de la concepción y construcción de la poética del vacío surgida de las ideas de ambigüedad, fugacidad y parcialidad.