Su fotografía parte de la tradición narrativa de Duane Michals y otros, así como de una variedad de corrientes pictóricas, como por ejemplo el tenebrismo de Caravaggio, el surrealismo de Magritte o la escuela holandesa de pintura, por citar solo algunas. Es una fotógrafa versátil a quien le atraen muchos géneros y formatos: desde bodegones a retratos, pasando por fábulas con animales, fotografía documental o fotografía de arquitectura e interiores. A pesar de esta diversidad, su estilo es reconocible y se caracteriza por la voluntad de explicar historias que, a menudo, transitan en la línea que separa la realidad de la ficción.