Escultora y pintora discípula de Pere Pruna y de Joan Rebull, Sallent se inscribe dentro de una temática figurativa y de desnudo femenino. En sus esculturas se aprecia un cariz sobrio y de clasicismo arcaico que sublima la voluptuosidad y la sinuosa delicadeza del cuerpo femenino. En su pintura perpetúa la elegancia y el equilibrio mediante pinceladas libres de gran precisión anatómica, así como el juego de contrastes entre tonos fríos y cálidos.