Nacido en el seno de una familia de tradición empresarial, Lluís Ventós sobresalió como pintor autodidacta rebelde, impetuoso y abierto al descubrimiento. Su estilo ha ido evolucionando hacia una síntesis en las formas con referencias al constructivismo ruso, que más tarde deriva hacia una investigación de los orígenes reflejada en sus esculturas. La tradición perfumera de su familia lo aproxima al tratamiento del vidrio y al uso de la madera para realizar figuras que evocan la iconografía simbólica de la cultura Rapa Nui y de los moai de la Isla de Pascua.