Barcelona, 1967
Sensualidad, voluptuosidad, condensación intrépida y belleza poética son el resultado de un exhaustivo proceso mental que se aleja de lo inteligible. Con una sólida experiencia a sus espaldas y un gran conocimiento de la técnica pétrea y de los metales, sus esculturas son el receptáculo de una lucha entre la tensión-distensión, robustez–flexibilidad, consistencia-delicadeza, aspereza-suavidad. A partir de unos inicios figurativos navega hacia una elaborada abstracción, donde la sinuosidad lumínica fluye entre formas serpenteantes que retuercen y rizan elementos inflexibles. Textos literarios o fragmentos escritos en diferentes lenguas y engastados en la materia forman una combinación harmónica entre tridimensionalidad y literatura.