Después de la guerra, ya de adolescente, se ganó su primer dinero pintando techos de iglesias quemadas. Pintor, decorador, grafista, cartelista publicitario, así como también director artístico y presidente de la Acadèmia de Belles Arts de Sabadell.
Sus pinturas, de estilo hiperrealista, al temple de huevo sobre un soporte de madera, reflejan con detalle y minuciosidad los grandes palacios, les estaciones de tren y los interiores de las casas modernistas de Sabadell, arquitecturas contenedoras de una luz matizada y llena de intensa sensibilidad.
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