Elementos de la cotidianidad como mobiliario urbano (farolas, sillas, escaleras) a las que no les falta ningún detalle (molduras, papel pintado, grietas y rugosidades, etc.), han sido la base de sus pinturas; aísla las sombras, enigmas entre la presencia y la ausencia formal, que adquieren vida propia, desde la cual el espectador proyecta su imaginación. Influenciado por Antoni Tàpies y el movimiento informalista, así como también por el fotorrealismo americano y el Pop Art, hace visible aquello invisible para descubrirnos el sedimento poético de todos esos objetos más modestos y banales. Desde los ochenta vivió y trabajó entre Barcelona y New York, donde tenía su estudio.