Su trabajo se caracteriza por un importante componente de teatralidad, con una constante vulneración de los límites entre la acción y el espectador, así como de la función del propio espacio de representación que cuidadosamente escenificado emana una estética mágica. Mediante la fotografía y la performance, el público adquiere el protagonismo en una obra que cuestiona las normas de comportamiento social, pues involucra al propio espectador sin desvelar la identidad y confidencialidad de cada uno de los individuos presentes.