De Morandi adquiere el minimalismo, de Rothko el espacio de colores irreales y de Anish Kapoor el uso del color que enciende y ilumina lo material, opaco y terroso. Sus cuadros son parcelas silenciosas donde sin la presencia humana, hábitat de cactus, plantas trepadoras, flores, recipientes y envoltorios cónicos que parecen levitar sobre la tela. Composiciones meta realistas y abstracción de objetos nítidos que evocan un universo de sentimientos y emociones contradictorias.