Desde el arte popular, la escultura lúdica, pasando por el paisajismo urbano hasta llegar a un tipo de arte interiorista y puramente conceptual Jordi Urbón recorre, viaja y reflexiona sobre la muerte, el abismo, el caos, la vida y el origen efímero. Sus cuadros y objetos, presentados de una manera secuencial, conectan con órdenes de belleza escondidos para hacer florecer la energía del alma. A través de la simbología y la semiótica nos transporta a un mundo íntimo y misterioso que con un indiscutible espíritu de introspección denuncia las injusticias sociales y políticas.