Su pintura de la segunda mitad del siglo pasado adquirió cierta resonancia en el ámbito nacional dentro del arte renovador y vanguardista. Des de su estudio de París, ciudad en la que vivió y trabajó durante quince años, participó en la internacionalización del arte español. Su capacidad creadora sobrepasó las fronteras del arte cinético, corriente de arte abstracto geométrico de la cual él fue un ferviente precursor. Composiciones que bajo una apariencia formal exacta y rigurosa buscan una sensación de profundidad y de movimiento mediante la articulación de planos lumínicos. La luz ordena y fluye entre cuadrados, triángulos, rectángulos y elipses, como un rompecabezas que oculta un submundo susceptible de ser desvelado.