Barcelona, 1959
Su pintura recupera rincones olvidados de los paisajes urbanos de Barcelona, California y Las Vegas, en los que evoca un sentimiento de nostalgia frente a la ineludible brevedad de la vida. Sus acuradas composiciones de pronunciado realismo, más allá de la temática, se interesan por la perspectiva y la iluminación, y representan escenarios que expresan emociones donde, bajo un plácido aliento, se respira reflexión y melancolía.