Jesús Galdón vincula estrechamente su visión de la obra de arte con la tradición clásica y los grandes hitos constructivos, revisionando y resituando su estructura para darle un valor artístico y a la vez decorativo, construyendo los parámetros de un tratado estético creado por él mismo y deconstruyendo de esta forma toda noción de lenguaje artístico preconcebido analizando el contenido para dar en el exterior nuevas pautas y nuevos marcos de actuación.