Zaragoza, 1964
Su obra puede definirse como un ejercicio introspectivo, lucha entre la razón crítica y la autoridad poética. El denominador común de su trabajo es el esfuerzo permanente para descubrir, y descubrirnos, que los mitos modernos no son sino una proyección de los sentimientos humanos, de sus angustias y miserias. Los objetos descontextualizados, las instalaciones, los vídeos y las fotografías son obras ambiguas que invitan a la reflexión y son la expresión del silencio.