Filadèlfia, EUA, 1966
Después de formarse como antropólogo y arqueólogo, Jeffrey James White se centra definitivamente en el mundo del arte a los 29 años. Pinturas, dibujos, esculturas..., las distintas obras de White, artista americano instalado en Tarragona, se relacionan entre sí por un nexo en común: el de la creación a partir de la destrucción. Tensión, ambigüedad, colores vibrantes, formas orgánicas y geométricas constituyen el palimpsesto de su artífice; combinaciones que revelan un caos simplificado en el que la violencia y la armonía conviven en equilibrio.