Salamanca, 1967
Sus imágenes son fragmentos vitales de una clara influencia cinematográfica. En su deseo de autenticidad y veracidad, capta paisajes desérticos, naturaleza, lugares de tránsito (no lugares) y melancolía frente la imposibilidad de una reconstrucción colectiva. Mediante esta disciplina resucita el instinto primario de un retorno al pasado y de revivir una memoria olvidada de una sociedad roída por la tecnología, el individualismo y el voraz consumismo.