Las esculturas de David Moreno se transforman en dibujos en el espacio. Gracias a la yuxtaposición de pequeñas varillas de acero, Moreno traza dibujos vigorosos que traspasan la bidimensionalidad para instalarse en las tres dimensiones. Del entramado de esos miles de varillas surgen, casi como por arte de magia, referencias arquitectónicas de una poética perturbadora, fantasmagórica. A lo largo de su trayectoria Moreno ha participado en numerosas exposiciones individuales y colectivas de ámbito nacional e internacional, en ciudades como Barcelona, Lisboa y Berlín. Actualmente su obra está presente en varias colecciones privadas.