Nacido en el seno de una familia italiana, la principal intención de Claude Nori era convertirse en director de cine, pero los acontecimientos del 68 y el hecho de trasladarse a París, donde fundó más adelante las revistas Contrejour y Camera International, hicieron que se centrara en el núcleo de su pasión, la fotografía, con la que podía captar instantáneamente la fuerza de los movimientos más conmovedores. Esta fuerte concentración en la pureza sensual de la imagen hace que veamos con claridad la pulsión mediterránea que le viene de raíz en toda su obra. Las escenas captadas por su mirada se vuelven siempre amables, seductoras, y el cuerpo femenino, presente en la mayor parte de sus fotografías, se convierte en el sujeto poético que sugiere al espectador la forma y la embriaguez del clima y el relieve de las costas a la vez que deja testimonio, a la manera de los fotoperiodistas, de un tiempo y un estilo de vida.