Se inició en la fotografía con el pretexto de acercarse al cine y se ha convertido en uno de los más grandes fotógrafos de la actualidad. Reivindica la sensibilidad y la libertad como principales doctrinas de creación, su lenguaje es fruto de la honestidad más profunda trasladada a la fotografía que practica con formato analógico y en blanco y negro. Trabaja, sobre todo, la figura desnuda y siempre con luz natural. Evita tanto los retoques como el maquillaje o cualquier otro artificio, y utiliza las sombras y las luces para construir la belleza. Sus imágenes, de una gran sensualidad, rompen tabúes y ponen entre las cuerdas unas restricciones morales que considera obsoletas; este tratamiento franco y directo del desnudo, nada banal, ha hecho que ante su cámara se hayan desnudado tanto actores y actrices de renombre como personas anónimas.