Su primera exposición se celebró, cuando apenas tenía veinte años, en el Ateneu Barcelonès. Desde entonces, ha desarrollado una sólida trayectoria en la que ha combinado distintos lenguajes, que van desde la fotografía a la performance, sin olvidar el trabajo con todo tipo de objets trouvés de diversa procedencia. Sus composiciones son una amalgama del arte pop, el arte pobre con objetos surrealistas, en un conceptualismo que por medio del assemblage de souvenirs nos evocan un diminuto planeta alegórico, poético y encolado de sarcasmo. Una de las poéticas más singulares y sofisticadas del arte contemporáneo catalán y español de los últimos cincuenta anños.