Artista multidisciplinar, comenzó la carrera profesional como dibujante a los 15 años, y a los 20 ya era un reconocido cartelista. Llegó a ser uno de los referentes visuales más grandes del anarquismo. Después de la Guerra Civil española se exilió a París, ciudad que le otorgó su barniz cultural, y donde desarrolló otras disciplinas de forma destacada como el grabado o la escenografía teatral. Esta última tarea le llevó a trabajar en ciudades como Ciudad de México, Londres, Roma o Nueva York, y fue a partir de estos viajes cuando empezó la pulsión fotográfica, que no dejó nunca, retratando, a través de la cámara, la faz de un mundo cambiante que en los años 60 estaba en plena efervescencia, e inmortalizaba la rutina y el carácter de estas metrópolis a partir de los rincones más extraordinarios de su geografía humana.