Pintor, grabador y escultor, se embarca en complejas sinfonías tonales wagnerianas de regusto expresionista con vertiginosas escenas que narran episodios épicos de la aventura humana y espacios informales de cromatismo lírico. A lo largo de los años las originarias composiciones de atmósferas románticas evolucionan hacia una síntesis de abstracción material, como oda a la humanidad y a sus desvirtuados valores morales y espirituales.