Mediante un laborioso proceso de investigación cromática y de unas formas sugerentes y poco perfiladas, las pinturas de Daviu nos proyectan hacia el mundo infantil. Utiliza una paleta de tonalidades ácidas e inquietantes que nos llevan a reflexionar sobre el barniz de superficialidad que envuelve buena parte de nuestra sociedad consumista. Muestra figuras aparentemente inofensivas que desde los umbrales de la abstracción y la figuración nos dan una visión del mundo personal y, al mismo tiempo, crítica.