Estudió bellas artes y empezó a colaborar como dibujante en revistas de moda. En 1966 decidió dedicarse plenamente a la fotografía y en 1967 se instaló en París donde empezó a trabajar como fotógrafo de moda para revistas como Elle, Vogue, Jardin des modes, etc. Sus fotografías huyen de los clichés y la frivolidad; lejos de la superficialidad que suele asociarse a la fotografía de moda, Bernad profundiza en la psicología de los personajes retratados y, al huir de los estereotipos, rinde un sincero homenaje a las mujeres.