Su obra, enmarcada dentro del llamado arte social o new performance, es continuadora del arte performance de la década de los setenta. La creencia de Alicia Framis en las limitaciones del arte a la hora de expresar sentimientos o ideas, la ha llevado a desarrollar una serie de proyectos en los que el espectador, como ser activo, observa, ve y se cuestiona la realidad existente. A partir de conflictos o contradicciones, el artista reflexiona sobre la muerte, la soledad, la violencia, o la comunicación, entre otros temas. En definitiva, Alicia Framis pone el énfasis en temas existenciales.