Barcelona, 1969
Utiliza la pintura acrílica para edulcorar e iluminar el gris paisaje barcelonés. Influido por Antonio López y los americanos Richard Estesi y Chuck Glose, su trayectoria gira en torno del realismo figurativo con temáticas que van des de las autopistas hasta la presencia del mar, las playas y sus residuos.
Albert Vidal no se limita a reproducir lo que ve, ya que en sus representaciones se esconde un regusto de acidez crítica.