Tras la muerte de su pare, tuvo que dejar la escuela y, más tarde, su ciudad natal para ponerse a trabajar. No se dedicó a la pintura hasta que un amigo suyo lo animó a viajar a París, donde fue seducido por las creaciones vanguardistas y donde tuvo la oportunidad de hacer su primera exposición individual en la galería Breteau. Cuando vuelve a Sabadall, reúne el grupo Gallot, configurado por artistas que querían actualizar el ambiente artístico de la ciudad mediante acciones reivindicativas. Su carrera pictórica seguirá de manera individual en París, Sabadell y Madrid, y su obra será conocida en toda Europa.