Hijo del jurista Ramon Maria Roca-Sastre y nieto de Lluís Mancunill, arquitecto modernista, fue discípulo del maestro Ramon Rogent. A pesar de que su pintura recibe varias influencias como el postimpresionismo, el cubismo y el surrealismo, esta última está muy vinculada a la sensibilidad del grupo Dau al Set, el reconocimiento internacional lo consiguió con pinturas realistas de visiones íntimas en interiores modernistas de L’Eixample, donde mosaicos, muebles, telas e innumerables rincones, muchos de ellos inspirados en su estudio de la Pedrera, son los protagonistas. En 1966 recibió el Premio Sant Jordi de la Diputació de Barcelona y en 1980 se convirtió en miembro numerario de la Real Academia Catalana de Bellas Artes de Sant Jordi.