La trayectoria de Joan Gardy Artigas está íntimamente ligada al mundo de la cerámica desde el principio de su vida. Como ayudante de su padre, Josep Llorens Artigas, trabajó conjuntamente con Joan Miró. Estudió en la prestigiosa École du Louvre y justo después estableció su taller de cerámica en París, donde colaboró con Georges Braque y Marc Chagall. Alberto Giacometti le introdujo en el uso de otros materiales en su trabajo escultórico. Durante su estancia en Japón aprendió las técnicas orientales de la cerámica. Sus formas zoomorfas o antropomorfas de carácter expresionista trascienden hacia un profundo significado, ya que desenmascaran los monstruos que asedian nuestra sociedad. Utiliza la mitología mediterránea de inspiración arcaica para reflexionar sobre la condición humana y la vida.