Cesc Abad es un artista autodidacta y multidisciplinar que se nutre de los postulados de los mejores artistas catalanes, así como de los más reconocidos autores internacionales. Sus obras están relacionadas directamente con la naturaleza, en especial con el paisaje del Pirineo catalán y, aunque son figurativas, todas están llenas de un alto sentido conceptual que llega a traspasar los límites de la utopía para adentrarse en un mundo distópico.
Su facilidad para tratar diferentes disciplinas le permite trabajar la cerámica de un modo muy personal e identificable. Consigue fusionar la pintura y la escultura para reflexionar sobre la relación del ser humano con la naturaleza y, también, sobre la relación de este con las pasiones, los miedos y las esperanzas.