Hijo de un pintor novecentista, August Puig fue uno de los primeros artistas españoles que probó suerte en el París de la segunda posguerra y que desarrolló un estilo surrealista abstracto, biomórfico, que convergió con el arte experimental realizado en toda Europa y América; bajo la poética de los artistas de Dau al Set y sin ser miembro, sus obras abstractas influidas por los fauvistas Kandinsky y Miró evolucionan hacia un surrealismo que cristaliza en una síntesis oniricoinformal habitada por formas dinámicas y metamorfoseadas.