Su trayectoria artística se erige sobre la exploración de caminos pictóricos, conciliando diferentes técnicas como el dibujo, la pintura, el collage, la caligrafía o la fotografía. Utiliza el proceso de repetición, mediante la investigación del gesto y la superposición de elementos naturales y culturales: obra fragmentada regida por el azar, siempre inacabada y en proceso de continua transmutación; pintura abstracta como resultado de un laborioso y minucioso estudio experimental. En sus recientes creaciones Àlex de Fluvià combina la pincelada caligráfica japonesa con elementos como el papel estampado, el arabesco o la malla quebrada de raíz gaudiniana.