La ausencia de una biografía escrita crea la necesidad de buscar datos en su obra, que se convierte en un collage de la vida y la memoria y se transforma en una autobiografía visual, a través de ésta nos lleva a una visión múltiple de la realidad, pues el autorretrato no es físico, sino interior. Hoy, a los 88 años de edad, se siente como un romántico que justifica la necesidad de pintar, pero también se pregunta hasta qué punto ha valido la pena el gasto de energía.
Fuente: Catalan International View