El escultor barcelonés Josep Subirà-Puig, de influencia existencialista, pasó más de la mitad de su vida en Francia, donde recibió todo tipo de reconocimientos. La Fundació Vila Casas acogió una muestra que convirtió el Espai Volart 2 en un entorno de recogimiento y culto a la naturaleza imperfecta de los hombres.
Fuente: La Vanguardia