En un autorretrato del 1974, Luis Claramunt (1951-2000), cuando tenía solo 23 años, se pintó a sí mismo como un garabato desordenado de líneas de colores sobre un fondo completamente negro. El expresionismo barroco, abigarrado y oscuro se mantiene en esta tela de Claramunt, en un momento en que malvivía y se buscaba la vida con el que estuviera en el Barrio Xino barcelonés, una criatura noctámbula que cuando llegaba a casa tenía que expresar pintando todo el que había explorado en la ciudad.
Fuente: Catorze